Corredores verdes que llevan progreso

A través de programas como Energía para la Paz, la protección de la reserva Barbas Bremen y el trabajo con las comunidades indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, el Grupo Energía Bogotá está demostrando que la infraestructura energética puede aportar a la biodiversidad y convivir en armonía con el medio ambiente. 

El progreso y bienestar de las poblaciones colombianas depende de la adecuada prestación de los servicios públicos, como la energía eléctrica, que permite mejorar la vida de millones de familias y que hoy alcanza una cobertura del 97% en el país.

La energía eléctrica está presente en todas las actividades diarias y sin ella no habría servicio en los hospitales, no funcionarían las empresas ni las entidades públicas, no se prestaría atención en los colegios y universidades, no se podrían utilizar los celulares. En definitiva, se paralizarían múltiples actividades sociales y económicas que requiere el país. 

Por eso es vital el buen desarrollo de la infraestructura de transmisión porque permite el bienestar de las comunidades y el crecimiento de las regiones. A través de esta infraestructura no solo se transporta la energía eléctrica que permite la expansión de residencias, servicios, comercios e industrias, sino que a lo largo de las líneas de transmisión se llevan a cabo programas sociales y que protegen el medio ambiente, como los que desarrolla el Grupo Energía Bogotá.

En efecto, este Grupo ha entendido la importancia de crecer de la mano de las comunidades por donde pasa su infraestructura, convirtiendo sus proyectos de transmisión en corredores verdes, y estableciendo relaciones genuinas y de largo plazo.

Son corredores verdes que incorporan tecnología en su diseño, construcción y operación, y conviven en armonía con el medio ambiente, con bosques, con cultivos, con fuentes hídricas, y permiten el transporte de la energía que producirán las fuentes renovable no convencionales, como la eólica. 

Pero también porque permiten mejorar las condiciones de vida de los habitantes a lo largo de los cerca de 1.600 kilómetros de redes que tiene en operación el Grupo, que están en 66 municipios de 12 departamentos del país, y que llegarán a cerca de 4.000 kilómetros en el año 2023 y a más de 170 municipios. 

Entre los proyectos que ha puesto en marcha el Grupo para promover la conservación, el conocimiento y el uso sostenible de la biodiversidad, está la restauración del distrito de conservación de suelos Barbas Bremen, una de las reservas más importantes de Colombia, ubicada entre los municipios de Salento, Filandia y Circasia, en el departamento de Quindío, y Pereira, en Risaralda. Esta es una de las zonas con mayor biodiversidad en el Eje Cafetero, con importantes recursos hídricos y uno de los sitios ideales para el aviturismo, una actividad que está cobrando gran relevancia.

En esta reserva, por donde pasa el proyecto de transmisión Armenia 230 kv, el Grupo viene ejecutando una serie de proyectos que hacen parte de sus programas de valor compartido, en un trabajo conjunto con las Corporaciones Autónomas Regionales del Quindío (CRQ) y de Risaralda (Carder), organizaciones locales y el Instituto Alexander von Humboldt.

Una de las principales iniciativas es la guía para la restauración ecológica del Distrito de Conservación de Suelos Barbas Bremen, como ejemplo metodológico para toda la región subandina.  Se trata de un valioso documento técnico para el manejo y preservación de esta reserva, la conservación de sus cuencas, humedales, flora y fauna. También realizó la reforestación y siembra de 33.000 árboles y arbustos de especies nativas en 45 hectáreas, y desarrolló un programa de preservación de las fuentes de agua en la cuenca del río Robles, en el municipio de Circasia, como parte del plan de manejo ambiental de la reserva

Para la presidente del Grupo Energía Bogotá, Astrid Álvarez, además de llevar energía eléctrica y gas natural a Colombia, Perú, Brasil y Guatemala, “lo más importante es el relacionamiento y el progreso de las comunidades y sus territorios, preparando el talento humano para que entienda el entorno social, cultural y ambiental donde tenemos presencia y desarrollando el principal rasgo cultural del grupo, la conciencia social”. 

Trabajando con las comunidades

Entre las iniciativas de creación de valor compartido del Grupo, se destacan programas como Energía para la Paz, que es la gran apuesta del Grupo Energía Bogotá para llevar desarrollo económico y bienestar a municipios afectados por el conflicto. 

El programa beneficia a 11 municipios y 82 veredas y corregimientos de los departamentos del Valle, Tolima y Huila, entre los que se encuentra Planadas, que era recordado porque en una de sus veredas, Marquetalia, nacieron las Farc. 

Durante años, los niños no podían ir tranquilos a sus escuelas, correr o jugar por miedo a que le estallara una de las minas sembradas en su territorio por este grupo insurgente. Pero hoy sus habitantes pueden caminar en paz gracias al programa de Desminado Operacional y Humanitario que ha permitido desactivar 27 artefactos explosivos a lo largo de los 200 kilómetros del proyecto de transmisión de energía Tesalia-Alférez.

El proyecto Energía para la Paz iniciará el componente de restauración ecológica en 45,8 hectáreas en el municipio de Rioblanco, en Tolima, en el Parque Natural Regional El Meridiano “Wepe Wala”, con una importante participación de la comunidad del Resguardo Las Mercedes.

Un corredor verde también es el compromiso y respeto por la diversidad étnica y cultural, que se ve reflejado en el trabajo con las comunidades indígenas. Ese es el caso de la labor que se hace con el proyecto Colectora, que será una línea de transmisión de 480 kilómetros en La Guajira y Cesar, que permitirá transportar al resto del país la energía que se producirá en los parques eólicos y solares de estos departamentos.

El Grupo viene haciendo un relacionamiento genuino con los pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, representados por la comunidad Wiwa, y con más de 180 comunidades Wayuu de La Guajira.  

Con el proyecto Colectora se realizará una compensación ambiental de aproximadamente 1.500 hectáreas a través de la restauración y preservación de ecosistemas, que incluirán proyectos productivos.

 Lo que está haciendo el Grupo Energía Bogotá con sus corredores verdes es un ejemplo de cómo se puede lograr el desarrollo económico a través de proyectos energéticos, sin afectar el medio ambiente, adaptado al cambo climático y en armonía con las comunidades.

Caso de Barbas Bremen

Nuestros activos se armonizan con ecosistemas de importancia para la biodiversidad en Colombia

 

Con 1600 km de líneas de transmisión en operación a lo largo de Colombia, tenemos la oportunidad de proteger el patrimonio natural de nuestro país y de conectar, no solo con la energía, sino también con corredores biológicos para favorecer la biodiversidad y los servicios que ofrece la naturaleza para crear bienestar para todos.

El Distrito de Conservación de Suelos de Barbas Bremen en el Eje Cafetero y nuestra línea de transmisión Armenia, en el marco del proyecto UPME 02-2009, es un referente.

Ubicada entre los municipios de Salento, Filandia y Circasia (Quindío), y Pereira (Risaralda), se trata de una extensa reserva rica en fauna, en flora y en recursos hídricos, ya que cuenta con ecosistemas estratégicos como el bosque andino y subandino.

Entre la vegetación se destaca la presencia de especies en peligro crítico como el copachi, la palma de cera, el comino crespo y el molinillo. En la fauna sobresalen el mico nocturno y el perro de agua, y entre las aves representativas están la pava caucana, la tángara multicolor y el doradito oliváceo.

Este importante ecosistema es conservado por las corporaciones autónomas regionales del Quindío (CRQ) y Risaralda (Carder), por los gobiernos locales, por las comunidades y por empresas, entre ellas el Grupo Energía Bogotá; en este ecosistema desarrollamos un plan de compensación voluntario por la ejecución del proyecto de transmisión de energía eléctrica.

Allí, desde 2017 pusimos en marcha un programa de restauración ecológica con la reforestación de 45 hectáreas y la siembra de más de 33.000 árboles nativos. Algunas de las veredas que beneficiamos son Membrillal, La Concha, San Antonio y El Roble (Circasia), y Las Cruces y Bizcocho (Filandia).

Otra de las iniciativas fue la celebración de un convenio con el Instituto Humboldt para elaborar la Guía para la restauración de ecosistemas de la región subandina: caso Distrito de Conservación de Suelos Barbas-Bremen. Esta es la primera guía elaborada para este distrito de conservación y pretende hacer un aporte real y práctico para el manejo y la preservación de cuencas y humedales, así como para la recuperación de zonas degradadas. La guía es de libre consulta y descarga para transferir nuestra experiencia a otros actores interesados en la restauración ecológica de ecosistemas subandinos.

Actualmente, el trabajo de restauración ecológica contribuye al fortalecimiento del turismo de naturaleza y avistamiento de aves en el Eje Cafetero, beneficiando hasta ahora a 321 personas asociadas a la cadena de valor del turismo, y es un escenario para la educación ambiental, aspecto en que hemos mejorado 3 aulas ambientales impactando hasta ahora a 1200 personas de las comunidades locales.